Micro tale
- Angy Kno
- 5 abr 2022
- 1 Min. de lectura
Actualizado: 19 dic 2023
Una noche, dos personas, después de muchos años conociéndose y unos cuantos intentos fallidos de crear un vínculo sentimental medianamente estable, se vieron completamente descifradas.
Vulnerables, desnudas, y reales del todo, lo estaban pasando como nunca antes.
No había filtro, ni blindajes.
Tras una armonizada carcajada, se miraron, y se hizo el silencio. Aparentemente, el más entrañable de toda la relación.
El rostro de una de ellas se arrugó a consecuencia de un repentino pensamiento intrusivo.
“Pues estamos muy en plan colegas*, ¿no?” – dijo.
*Colegas: para el sujeto cualquier falta de tensión, cohibición, y demás tipos de intranquilidad y prácticas caducadas características del amor que nos han vendido desde que tenemos uso de razón, le alejan de considerar que lo que siente pueda tratarse de un afecto romántico.
El desenlace no tiene mucho.
La otra persona, cuya vida comenzaba a ser una maravilla, y era terriblemente consciente de que su tiempo era escaso, se despidió.
Aquella vez no fue un hasta luego.
Y esa otra persona, que luego fue otra, actualmente es otra distinta, y que planea mudar la piel de nuevo, soy yo.
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